domingo, 15 de noviembre de 2009




Hay películas que generan risas. Otras solo llanto, porque nos sentimos identificados o porque nos apenamos por la desgracia de la historia, o nos conmueven. Hay películas que no generan nada de nada. Otras saben darnos miedo. También existen esas que nos dan ganas de enamorarnos o de aventurarnos, o de salir corriendo a buscar a ese amor que hace tanto extrañamos. Y también hay algunas que nos mantienen tan tensos que no podemos movernos del sillón porque no queremos perdernos ni el más mínimo detalle de las cosas.
Después vienen esas que podemos definir prohibidas, de las que no hay mucho que hablar…no son películas para hablar, creo.
Y yo encontré con esta película otra rama dentro del cine. Podrán estar de acuerdo o no, pero yo lo veo así. Esas películas que juegan con la perversión.
Era un domingo por la noche, tenía mucho sueño pero dije ¿si en vez de irme a dormir miro una película?
¡Qué pésima decisión!
Me pedí una pizza a la napolitana con mucho ajo y mucha albahaca- mi comida favorita-. Invité a mi mejor amigo a casa…nos acomodamos en el sillón y destapé una cerveza helada. Puse en el freezer otra cerveza, para reponer la que había sacado y apreté Play, no sé porqué.
Esa noche me autocritiqué muchísimo ¿Qué persona psicológicamente sana podría sentarse a disfrutar ese film? Me sentí una insaciable consumidora de dolor, como si el dolor fuera un producto… No solo que llorar se hacía inevitable, sino que el film está lo suficientemente bien logrado como para que no puedas apretar Stop. Quizás se mantiene siempre viva la esperanza de que las cosas y situaciones vayan perdiendo el morbo. Pero a medida que los minutos pasan, mientras mi pizza se enfría, todo es un poco más triste. Y cuando mis lágrimas se empiezan a secar, el mismo film regenera la emoción de angustia y las consecuentes lágrimas que hace ya 45 minutos, creo, que no cesan.

Sigue la angustia y sigo sin atreverme a apretar Stop. My sister´s keeper o La decisión más difícil es quizás la película más dramática que vi. A tal punto que si tuviera que ponerle un puntaje, no llega al cero. Amo los dramas, pero no entiendo el morbo, creo que me afecta tanta perversión, tanta perversión tan bien pensada.
La pequeña Kate tiene leucemia. Sus padres deciden tener otra hija, Ana, para que done los órganos que necesita su hermana, a medida que el cáncer la destruye. Y Ana solo soporta haber sido concebida con el único fin de salvar a alguien más. Claro, Cameron Díaz (la madre) esta tan desesperada por salvar a su primera y por cierto hermosa hija, Kate, que olvida pensar en Ana.
Pero un día la pequeña y extrovertida Ana, se cansa de llevar una calidad de vida tan horrorosa. Y por eso recurre a la ayuda de uno de los abogados más famosos de la ciudad, protagonizado por Alec Baldwin, quien logra sensibilizarse por la trágica historia de sacrificios recurrentes, padecidos por una niña inocente.
…Me prendo un cigarrillo porque tanta tensión se me hace insoportable: ver a un bebé de unos 10 u 11 meses entrar con un camisolín lleno de caricaturas…como si la anestesia le permitiera disfrutar de la prenda, o como si tuviera sentido ver una caricatura mientras te extraen médula para dársela a alguien más. La niña pide por sus padres, llora, pero rápidamente el médico, con un intenso pinchazo le pone fin a tan incomoda situación. Lo cual me afecta un poco más…cuanta frialdad, cuanto morbo.
Paralelamente, en otra cama de esta típica clínica americana, espera Kate, siempre postrada, siempre a un paso de darse por vencida, preparando un collage con los momentos más lindos que vivió, como quien se despide o quizás como un grito desesperado de quien no tiene ya potencia para gritarlo. Kate también esta cansada de ver sufrir a su hermanita y de que su impiadosa madre continúe creyendo que la va a salvar, matando o destruyendo la vida de Ana.
Lloro tanto que ya ni quiero probar la pizza y paralelamente sigo destapando porrones. Mi amigo me mira y me pregunta si no prefiero ver otra película.
-No, ni ahí. Me encanta
Y me observo. ¿Qué parte de mí esta disfrutando este instante? ¿Cómo puedo engancharme tanto con una historia tan vacía de mensajes? Hasta empiezo a pensar si esta película no me dejara alguna secuela, es demasiado perversa ¿Cómo puedo dormir tranquila hoy?
Lo más curioso es que no me gustan las películas de terror justamente porque no disfruto ver sangre, monstruos, muerte… pero esta película es too much!!!
En fin, mi consejo es obvio. No la recomiendo. Y si mi crítica solo contribuye a que se mueran de ganas de verla, entonces no gasten $35 en una pizza que no van a poder probar y mucho menos disfrutar.
Supongo que es una decisión muy personal consumir o no este tipo de productos que solo generan emociones negativas y ni siquiera saben dejar un mensaje. A tal punto que Alec Baldwin tiene una crisis epiléptica, casi en tiempo real, que no le aporta nada al film, solo morbo. También carece de un pulmón, que aporta lo mismo que la epilepsia: nada. Morbo=perversión=nada.
Si queres saber más sobre el film (elenco, datos principales) clickeá aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario