Me dirigí hasta la calle Chivilcoy 472 en el barrio porteño de Flores. Un hombre de 80 años me recibe en la puerta de una casa antigua de principio de siglo pasado. Un abrazo y una sonrisa y ya paso al interior de un nuevo mundo, hasta ahora, desconocido para mí.
En el camino hasta el fondo del atelier, veo más de 100 obras de distintos tipos y matices. LLego a una mesa larga y marrón. Cientos de ojos de mujeres en yeso, mármol, madera y cobre nos observan. Me siento y saco el grabador.
“Yo acostumbro hacer lo que vivo”, manifiesta el artista italiano Antonio Pujía. Y agrega: “ Hago lo que siento, lo que quiero expresar, es algo que no me sucede a mí solo, sino que es un fenómeno universal. Considero que el arte es la memoria y la expresión de la humanidad”
Pujía ha estado trabajando en este último tiempo en la obra Homenaje a la eterna mujer, donde recopila distintas obras en madera, mármol y bronce. La obra completa cuenta de cuatro secciones: Felicidad y Dolor (1951- 1980), A Modigliani (1980-2000)- pintor y escultor italiano-, La Cariatide (2000-2008), y Elogio a la Mujer (2000-2008).
“A lo largo de mi vida conocí mujeres fundamentales, mi maestra de primer grado, mi primera maestra de dibujo, en fin, hubo y hay una serie de personajes femeninos que fueron fundamentales en mi vida”, asegura el escultor.
Cuenta “Antonito”- así lo llaman los amigos-que la mujer es la creadora por excelencia. “Nosotros ( los hombres) somos un estímulo necesario importante, pero la creadora es la mujer”. Y concluye: “ Hacía tiempo que tenía ganas de hacer un homenaje de este tipo, homenajear a la mujer es una manera, también, de homenajear a mi abuela, a mi madre, a mi esposa, y en la actualidad, a mi nieta de once años”.
Pujía tiene una actitud pasiva, calma, solemne. Cuando le pregunto por la realidad argentina se sorprende y ríe. “ Yo veo a la Argentina con mucho optimismo y espero que así lo vean los demás también”. Cree que hay mucha gente que piensa como él, pese a que “suceden calamidades que amenazan ecológicamente y económicamente al país”. Hace una pausa y remata: “ Es como si hubiese una necesidad de matarse unos con otros, es algo que carece de total sentido, sin embargo, soy de los que piensan que lo bueno vence”.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
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