lunes, 14 de septiembre de 2009

No importa el color



La crítica de un libro que critica a los “machos”


A pesar de que la historia las recuerda como seres inferiores a través de años caracterizados por la desigualdad, la mujer alcanzó el objetivo más grande que se propuso: reivindicarse como tal, expresarse, romper límites y hasta rebelarse, todo en función de la igualdad.

Hoy, un libro de tapa rosa, llamado “Contrato de señoritas. Ni putas ni sumisas” recorre las librerías y no logra pasar desapercibido. Es una obra de Gizela Marziotta que busca relatar eróticamente los anhelos y experiencias de la mujer, que en éste caso es ella. En sus 270 páginas, busca admitir que ya no es necesario someterse al extremismo islámico ni a ningún tipo de servilicio machista. Por el contrario, la autora aconseja “ser como somos, sin importar los dedos jueces que juzgaran a quienes quieren protagonizar su vida en lugar de mirarla pasar”
De esa manera, este libro propone buscar y relucir con ironías -un tanto feministas- lo que la mujer “no debe hacer”. Intenta hablar de sexo desde una perspectiva más profunda, en la que el hombre no es, ni por casualidad, el que domina el momento.
“(…) Nos revolcábamos, nos apretujábamos, nos tocábamos y nos besábamos a lo loco. Me sentía un poco adolescente, pero me encantaba. Calentar nos calentábamos, ese no era el problema, en realidad no es que hubiera un problema, pero… de garchar ni hablar (…)”
Con textos divertidos, historias en las que sentirse identificado y malas palabras se desencadenan atrapantes relatos. Además cuenta con información de fuentes muy confiables: reconocidos sexólogos, psicólogos, sociólogos, filósofos, obstetras, psiquiatras, y autoridades de diferentes religiones (rabinos, seikes, curas) etc.
No solo estas historias y relatos completan las páginas, abundan los datos duros tales como encuestas, informes y entrevistas a profesionales de salud que intentaran responder las preguntas más frecuentes de la humanidad, al menos de las mujeres en general.
En este libro el género femenino es el que tiene la palabra, y la usará para hablar sobre placer y sentimientos, ideas, deseos y fantasías sexuales. Sin necesidad al fin, de ser vistas como unas prostitutas.


Fuente: “Contrato de señoritas, ni putas ni sumisas”- Gizela Marziotta- Editorial Vergara-

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