martes, 15 de septiembre de 2009

ACTO I - ESCENA 1ª

El Teatro Colón atraviesa el momento más difícil de su vida centenaria. Inhabilitados su escenario, su sala principal y de ensayos, el foyer, sus talleres, los espacios de biblioteca, archivos, oficinas, etc., por un retraso inaceptable en las refacciones. Ya van dos temporadas que debe realizar en lugares alternativos, y que resulta imperativo alquilar. Pero además, estos lugares, no son siempre adecuados por temas de acústica, estética, comodidad, precio. Sin embargo, el Colón no interrumpió su trabajo. Es decir que el pesar por el retraso de la obra, no asesinó el arte.

Hoy en día se dice que no tenemos un “modelo” de teatro, pero sí lo tenemos: un gran Teatro de ópera, ballet y conciertos, del altísimo nivel que tuvo y que ha producido en cantidad y calidad. Que ha intercambiado y extendido el arte a escenarios del país y del mundo, que ha ofrecido repertorios variados y que siempre ha cuidado a sus artistas y trabajadores. En este Teatro los artistas argentinos -hoy, entre los mejores del mundo- han sido honrados y no ofendidos. Este Teatro, que tanto desprecia nuestro gobierno, quiere ser visitado por los extranjeros. Varios espacios comunitarios de la ciudad que producen actividades culturales fueron cerrados, desalojados o desestabilizados. El Centro Cultural y Social Almagro, Centro Cultural del Sur, Centro Cultural 20 de la Asamblea de Flores, Casa Zitarrosa, El Sexto Kultural, la fábrica IMPA Ciudad Cultural, Casa de la Cultura Compadres del Horizonte, La Huerta Orgazmika y el Centro Cultural La Sala, el Grupo de Cine Libre de Parque Rivadavia y hasta el mismísimo Teatro Colón, por la paralización de sus obras.Todo forma parte del mismo paquete: precarización, criminalización, desarraigo y exclusión de lo no rentable.







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