Un poco de historia
Las relaciones políticas en torno al Colón no siempre fueron tormentosas. Renán recuerda cuán diferentes eran en su primera gestión, entre 1989 y 1996, cuando la ciudad era sólo un municipio y el teatro era autárquico. Dicho de otra forma, contaba con un presupuesto propio. "Yo sabía que contaba con un presupuesto establecido con el que podía hacer lo que quisiera. En función de eso, contraté a los mejores artistas para que se presentaran en el Colón, y eso se sintió". En los años que pasó alejado del teatro, la ciudad puso en vigencia su autonomía, el establecimiento pasó a formar parte de la órbita de Cultura y, de nuevo, ganó nuevamente la autarquía que hoy conserva. Fue entonces que Renán volvió a dirigir: con condiciones que parecían ser las mismas, pero que no podían ser más diferentes.
"Cuando volví en el 2000, la Argentina había cambiado. Los personajes políticos habían cambiado. En mi primera gestión nunca había tenido un problema sindical, jamás, pero en el 2001 la situación llegó a tales extremos que me vi obligado a suspender la temporada. Las reuniones gremiales se realizaban en el escenario media hora antes de las funciones, y la gente escuchaba desde sus butacas discursos, deliberadamente amplificados, que generaban una sensación de total impunidad."
Y... ¿ahora?
Renan desmiente las acusaciones que circulan en todos los ambientes, acerca de que las refacciones que se están realizando en el teatro perjudiquen uno de sus más grandes patrimonios: la acústica. “En todos los procesos de restauración que han vivido los grandes teatro del mundo, como la Scala de Milán, la Royal Opera House de Londres o el Liceu de Barcelona, hubo personas conformes con el resultado y personas que no lo estuvieron –explica-. Pero de ninguna manera estoy seguro de que las refacciones en el Colón hayan dañado su acústica”.
Más información sobre la acústica en la ópera
Respecto de la reinaguración para el Bicentenario, Sergio Renán lamenta que la puesta a punto no vaya a estar culminada. “Lo ideal hubiera sido que el teatro estuviera completamente refaccionado para la inauguración, pero aparentemente (y marca con una entonación peculiar esta palabra) esto no ha sido posible”, sugiere. Sin embargo, comprende que, en el marco de las celebraciones del Bicentenario, la apertura de un monumento histórico de las características del Colón es una herramienta política invaluable.
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